Esta enfermedad es muy frecuente, la padecen entre un 3% y un 5% de la población general, y aumenta al 15% cuando sólo se tiene en cuenta a las mujeres en edad reproductiva. Es dos veces mas frecuente en las mujeres que en los varones y en un 60 u 80% de los casos se puede recoger una historia de familiares con este mismo trastorno.
La migraña es una enfermedad de origen vascular y de ahí que todos los tratamientos se basan en actuar sobre el sistema circulatorio. La frecuencia con la que se producen las crisis de migraña es variable y se la considera una enfermedad crónica, ya que pueden pasar de ser dolores diarios, a durar meses y hasta años. El cuadro suele iniciarse en la infancia o en la juventud. Las mujeres suelen presentarlo en el periodo premenstrual.
Algunos pacientes relacionan las crisis de migraña con la ingesta de algunos alimentos, como por ejemplo el chocolate, las grasas, tomates, etc. otros desencadenantes del cuadro son el abuso del alcohol, la fatiga, el tabaco, los viajes, el estrés, el insomnio, la toma de anovulatorios (este cuadro suele disminuir con el embarazo), o cambios barométricos bruscos.
En esta época que nos toca vivir con la incertidumbre sobre el COVID-19 hemos detectado una subida de los casos de pacientes que sufren de Migraña.